El bus de la noche

El ultimo bus de la noche.

Largo y extenso se siente. Solo el conductor, un borracho y yo. Las luces pasan a través del cristal empañado colmado de pequeñas gotas mientras la canción suena más fuerte en los oídos y repiquetea con fuerza en lo más profundo.
Es tú canción, es nuestra canción, triste y fuerte como aquel día en que podía sentirme morir por la felicidad que me embargaba mientras mirábamos arriba y alto, al nublado cielo de octubre, rayado por las nubes tristes, tristes. Era la cercanía de tú cuerpo con el mio lo que me hacia sentir tan vivo.
El ultimo bus de la noche es un lugar mágico, es el cansancio en el retorno a casa, es la intimidad consigo mismo.


Tuyo, David.

Me quedo

... por que me quedo con un poco de sus sonrisas, con sus dudas, con sus miradas, con sus faltas y aciertos, con sus ausencias, con tanto y tan poco que no soy yo, es ella, que siempre vivirá en mi pensamiento y en mi recuerdo como el enredo que más e querido y odiado a pares iguales...

Tuyo, David.

¿Cuantos días han pasado ya?

¿Cuantos días han pasado? y hoy te estoy pensando en el silencio, acordándome de tus besos al atardecer, con el mundo desvaneciéndose a nuestro alrededor como un suave edredón.
Cuan alegres estábamos y como no sacudíamos en el oleaje den nuestros sentimientos encontrados. Tú mirada gritaba y la mía no se podía ocultar ante ese deseo irrefrenable de lo que debía de suceder.
Ocurrió y ocurre, no sabemos cuanto durara, pero mientras estemos acá, tomémonos de las manos, entrecrucemos nuestros dedos y no pensemos en lo que valla a venir.

No se, no se es lo que decimos y es un gran no se ese nuestro porvenir.

Tuyo, David. 

Y me derrumbe.

Y me derrumbe.
Distimia.

Me tumbe, harto, exhausto y derrotado sobre el escritorio con la esperanza partida en miles de pequeños pedazos como una pecera que cae y se rompe con gran estruendo.
 Lagrimas ruedan por las mejillas sin un llanto que las acompañe, solo un silencio de respiraciones ahogadas. Ya no hay consuelo, solo llanto, pero me doy al silencio como un ebrio a la fría botella, ¿que más queda?, nada, nada, es una vaina muy jodida, una lógica muy pequeña, pero con ideas que no caben en estas habitaciones que habito noche tras noche a las nueve y que se alargan más y más.

Tuyo, David.

Que extrañarte.

Que extrañarte es como estar en un bar a punto de cerrar en un domingo a las diez de la noche.
Que extrañarte es saberse perdido en la infinidad de los días y en la melancolía de su extraña suerte gris.
Que extrañarte es como una borrachera de lunes en la tarde, amarga y sin sentido.
Que extrañarte es ver gris, gris, gris, la monotonía de aquellos días desagradables sin ti a mi lado.
Que extrañarte es saber que no tengo con quien más perderme como lo hacia contigo, por que extrañarte ya no es mi pasatiempo, ya es mi perdición y condición de amante desahuciado, que ya harto de perder ya no sabe que hacer.
Que vuelta extrañarte.
Tuyo, David.

Inspiración.

Estoy inspirado.
Y luego llega, cinco de la tarde o nueve de la noche en horas inhumanas, mierda, nada es como es, y de repente odias todo y ese todo es la nada y esa nada es lo que compone esos domingos rotos de abril, agosto, octubre, octubre, octubre, noviembre, que se te meten tan en las venas, tan en el recuerdo, tan en el aroma de su cabello tatuado en mi piel, tan, tantas cosas que es difícil explicar, sentir, desear, aniquilar, fumar, pero bueno, nada que hacer, mera vuelta, ¿o mera cuestión?, no se, no se, ya las aves habían volado a otro lado ~~~.
Tuyo, David.

Tarde.

Tú, yo, está tarde que no parece terminar.
Te llevo, tomada de la mano al interior del auto, y allí, cinco y media de la tarde, gafas de sol, y la endeble luz que se filtra a través de las hojas de los arboles viajan rápidamente por el parabrisas.
Tenemos la ciudad para nosotros, donde quieras, donde sea belleza, te digo al oído, y sabes que es así y de ninguna otra forma más.
La habitación, lejos, lejos,whisky, cigarrillos, besos, a nadie le importa, solo tú y yo, lo demás es indescriptible por lo que nos hacemos el uno al otro y luego despeinados, siento tú respiración en ese pecho que sube y baja a mi lado lentamente, me enloquece, pequeños son y me miran de lado y no son tus ojos, o al menos no los de tú rostro.
La tarde de domingo, las calles desoladas, una resaca hecha día.
Algún día no muy lejano.
Para usted, mi deseo.
Tuyo, David.

Un enredo.

Lo más probable es que si, y ese si que en ese momento pareció un no se ahora sea un tal vez.
Una vez, tal vez, vez, pez, escasez, que ahora es un tal vez que aveces sueño durante la madrugada, el día, a las cuatro y sobre todo a las seis y en la noche en donde escucho sus gritos y gemidos no hechos aún, no escritos, pero si conscriptos.
Se pierden en las sabanas aún no tocadas, se esconden en las miradas y se desvive con cada nueva despedida de un día perdido en la inmensidad de las horas que nos rodean y nos acercan a lo inevitable o evitable.
No se, no se. Acá acaba este enredo, desenredo con el cual, doce de la noche, una de la tarde, seis de la madrugada te pienso y te deseo como todos y ninguno a la vez.
See
~
Tuyo, David

Malaventurado.

Malaventurado, que sus pequeños y escurridizos ojos se clavaron tan dentro de mi que no me los puedo quitar.

Malaventurado, que su olor se quedo cincelado en mi mas bello recuerdo.

Malaventurado, que no sabe decir que no

Malaventurado, que no sabe distinguir un amanecer de un atardecer cuando tu cuerpo es el que me acompaña en esta extraña aventura que es la amargura de lo más bello que pudimos hacer alguna vez.
Malaventurado, por caer en tus miradas, en tus infinitas piernas que se pierden más allá de la mirada.
Malaventurado, que en la noche me duermo con tú última mirada y con el fino sabor de tus labios en los míos, con el sabor de ese amanecer en que te perdí por única y ultima vez.
Malaventurado que se queda con los pedacitos de tus sonrisas que un día me dedicaste en delicados episodios de destellos de felicidad que hoy apenas recuerdo.
Oh si, oh tristeza, oh belleza, oh recuerdo.
Con un anhelo en los ojos y un suspiro en el pecho recuerdo esos días más sencillos.
~
Tuyo, David.

Tú ~~~

Tú

Son esos besos con sabor a cenicero, noches como fondos de botellas, anaranjadas, rojas, verdes, son abrazos que saben a miedo confundido con gritos ensordecidos por la negrura de nuestros pensamientos, son labios rosados, besables no deseables, que dicen ser lo que no es. Son noches, madrugadas, atardeceres donde las aves ~~~ vuelan en lo alto y nos dicen que, que vaina, que la cosa esta muy jodida y yo se que si y ellas también lo saben, por que su cuerpo me atrae y me grita que ayer, hoy, mañana, pasado mañana, ¿cuando?, ¿donde? y no se, no sabemos, no creemos. y las aves en lo alto ~~~ siguen ahí
Si, que vaina ome.
~~~~ hahaha
Tuyo, David.


El pajaro speed y su banda de corazones maleantes

https://www.youtube.com/watch?v=_BADDeIQWVQ

Mera vuelta o mera cuestion.

Mera vuelta o mera cuestión.

Mera vuelta o mera cuestión esta que ahonda nuestras penas en un mar de silencios envueltos en palabras no dichas y palabras que no son lo que parecen.
Mera vuelta o mera cuestión estas mariposas que no son piedras en el estomago que vueltas y vueltas dan alrededor de un capullo ya destruido por lo no dicho.
Mera vuelta o mera cuestión esto lo de las distancias que muy largas pueden ser aunque seamos vecinos de un mismo lugar, ciudad, barrio, planeta y todo lo que hoy nos pueda parecer que nos aleja y acerca.Mera vuelta o mera cuestión esto que trae cada canción
Mera vuelta o mera cuestión esto del olvido. que cuanto más lo deseas más duro se vuelve e inalcanzable parece. La memoria siempre te lo trae en los peores momentos, y sigues ahí con tus incertidumbres y miedos sin decir nada y mucho.
Mera vuelta o mera cuestión esto de los amores que un día lo son y al otro no.
Mera vuelta o mera cuestión es lo que yo te digo hoy a ti lejanía o cercanía, mentira o verdad, celos o amor.
Muchos días han pasado, ¿y cuantos más han de pasar?, mera vuelta o mera cuestión, no se, no se.
Tuyo, David.

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