Lo más probable es que si, y ese si que en ese momento pareció un no se ahora sea un tal vez.
Una vez, tal vez, vez, pez, escasez, que ahora es un tal vez que aveces sueño durante la madrugada, el día, a las cuatro y sobre todo a las seis y en la noche en donde escucho sus gritos y gemidos no hechos aún, no escritos, pero si conscriptos.
Se pierden en las sabanas aún no tocadas, se esconden en las miradas y se desvive con cada nueva despedida de un día perdido en la inmensidad de las horas que nos rodean y nos acercan a lo inevitable o evitable.
No se, no se. Acá acaba este enredo, desenredo con el cual, doce de la noche, una de la tarde, seis de la madrugada te pienso y te deseo como todos y ninguno a la vez.
See
~
Tuyo, David
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