No te vi en mi augurio constante, ni te escuche en el silencio silbante, tu voz suave y lisa que se pierde y vuelve a aparecer en la oscuridad como un solitario lucero.
Hoy te estoy pensando y como siempre temo a tus sentimientos y a tu amor sincero, pero al mismo tiempo lo deseo como una deliciosa droga que me oprime fuerte en lo mas profundo de mi corazon.
Palabras al aire que ya no vuelan tan alto y que auguran con aterrizar.
Tuyo, David,
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