Hola al insomnio
Hola a ese visitante nocturno, del pensador desamparado, silencio ensordecedor que rodea a la soledad de la habitación, el mitin de la noche contra la persona en horas que parecen y dicen ser inhumanas.
Desespero por el sueño, luz en la oscuridad. Sonidos extraños, pensamientos enmarañados.
Mientras la ciudad duerme, sola u acompañada, caliente o helada, bajo techo o cartones, algunos observan la oscuridad danzante con ojos de ojala que no parece acabar.
Hola al insomnio, hola a la larga noche que parece no terminar.
Tuyo, David.
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