Que extrañarte es como estar en un bar a punto de cerrar en un domingo a las diez de la noche.
Que extrañarte es saberse perdido en la infinidad de los días y en la melancolía de su extraña suerte gris.
Que extrañarte es como una borrachera de lunes en la tarde, amarga y sin sentido.
Que extrañarte es ver gris, gris, gris, la monotonía de aquellos días desagradables sin ti a mi lado.
Que extrañarte es saber que no tengo con quien más perderme como lo hacia contigo, por que extrañarte ya no es mi pasatiempo, ya es mi perdición y condición de amante desahuciado, que ya harto de perder ya no sabe que hacer.
Que vuelta extrañarte.
Tuyo, David.
Tristezas, sueños, palabras rotas, notas sin entregar, todo plasmado por medio de la liberación dada por la escritura de poesía irreverente y escondida para aquello que pudo y no fue.
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jueves, 28 de abril de 2016
domingo, 10 de abril de 2016
Inspiración.
Estoy inspirado.
Y luego llega, cinco de la tarde o nueve de la noche en horas inhumanas, mierda, nada es como es, y de repente odias todo y ese todo es la nada y esa nada es lo que compone esos domingos rotos de abril, agosto, octubre, octubre, octubre, noviembre, que se te meten tan en las venas, tan en el recuerdo, tan en el aroma de su cabello tatuado en mi piel, tan, tantas cosas que es difícil explicar, sentir, desear, aniquilar, fumar, pero bueno, nada que hacer, mera vuelta, ¿o mera cuestión?, no se, no se, ya las aves habían volado a otro lado ~~~.
Tuyo, David.
Y luego llega, cinco de la tarde o nueve de la noche en horas inhumanas, mierda, nada es como es, y de repente odias todo y ese todo es la nada y esa nada es lo que compone esos domingos rotos de abril, agosto, octubre, octubre, octubre, noviembre, que se te meten tan en las venas, tan en el recuerdo, tan en el aroma de su cabello tatuado en mi piel, tan, tantas cosas que es difícil explicar, sentir, desear, aniquilar, fumar, pero bueno, nada que hacer, mera vuelta, ¿o mera cuestión?, no se, no se, ya las aves habían volado a otro lado ~~~.
Tuyo, David.
miércoles, 6 de abril de 2016
Tarde.
Tú, yo, está tarde que no parece terminar.
Te llevo, tomada de la mano al interior del auto, y allí, cinco y media de la tarde, gafas de sol, y la endeble luz que se filtra a través de las hojas de los arboles viajan rápidamente por el parabrisas.
Tenemos la ciudad para nosotros, donde quieras, donde sea belleza, te digo al oído, y sabes que es así y de ninguna otra forma más.
La habitación, lejos, lejos,whisky, cigarrillos, besos, a nadie le importa, solo tú y yo, lo demás es indescriptible por lo que nos hacemos el uno al otro y luego despeinados, siento tú respiración en ese pecho que sube y baja a mi lado lentamente, me enloquece, pequeños son y me miran de lado y no son tus ojos, o al menos no los de tú rostro.
La tarde de domingo, las calles desoladas, una resaca hecha día.
Algún día no muy lejano.
Para usted, mi deseo.
Tuyo, David.
Te llevo, tomada de la mano al interior del auto, y allí, cinco y media de la tarde, gafas de sol, y la endeble luz que se filtra a través de las hojas de los arboles viajan rápidamente por el parabrisas.
Tenemos la ciudad para nosotros, donde quieras, donde sea belleza, te digo al oído, y sabes que es así y de ninguna otra forma más.
La habitación, lejos, lejos,whisky, cigarrillos, besos, a nadie le importa, solo tú y yo, lo demás es indescriptible por lo que nos hacemos el uno al otro y luego despeinados, siento tú respiración en ese pecho que sube y baja a mi lado lentamente, me enloquece, pequeños son y me miran de lado y no son tus ojos, o al menos no los de tú rostro.
La tarde de domingo, las calles desoladas, una resaca hecha día.
Algún día no muy lejano.
Para usted, mi deseo.
Tuyo, David.
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