Arrancar hojas.
El artista y la noche. Se sienta a la luz de su vela, Bach para amenizar el momento. Una a una va arrancando el pasado como si de hojas que caen de un seco árbol se tratara, tristes se ven, esperanzas plasmadas en un mar de párrafos, palabras y letras, su tiempo se va con ellas, su sonrisa, su cariño, su corazón y todo lo que puso en ellas para pasarlas al aire, pero que el aire no quiso recibir.
No hay nada tan triste como despojarse de la ajena esperanza, que una a una se va yendo ocultándose con el dulce velo del olvido y del agrio sabor del odio.
Pero el artista no odia, el solo se sienta en el silencio de los recuerdos y se sonríe por que sabe que es libre y que no desea atar a nadie. El pasado es lo que es.
Palabras al aire.
Tristezas, sueños, palabras rotas, notas sin entregar, todo plasmado por medio de la liberación dada por la escritura de poesía irreverente y escondida para aquello que pudo y no fue.
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lunes, 23 de noviembre de 2015
jueves, 19 de noviembre de 2015
Una caminata.
03:40h
Mientras caminábamos en medio de la oscuridad de la madrugada, con el peso de las mochilas en nuestros hombros, nos detuvimos en un pequeño sendero en medio de una colina para descansar. En ese momento descargue mi pesada maleta sobre la hierba húmeda y alce la vista al cielo para contemplarlo y pude observar la inmensidad del universo que se extendía kilómetros y kilómetros sobre un manto de ululantes estrellas pequeñas y grandes, distantes mundos, acompañados por una maravillosa luna que cual sol nocturno bañaba todo el lugar con su blanca estela.
La madrugada nos rodeaba a nosotros seis en medio de la nada, el silencio casi ensordecedor era interrumpido ligeramente por el silbido del gélido viento que bajaba de las montañas que acabábamos de cruzar y de los grillos, habitantes de las praderas, quienes saltaban de un lado a otro haciendo su agudo llamado.
En ese momento me di cuenta de la inmensidad del universo y de lo insignificantes que eramos en ese momento y que seguimos siendo ahora hoy muchos días después de aquella madrugada. Hoy solo puedo cerrar los ojos en el silencio de mi habitación y alzar la vista al cielo para recordar aquel momento en que mi existencia fue puesta a prueba.
Tuyo, David.
Todos los derechos reservados.
Mientras caminábamos en medio de la oscuridad de la madrugada, con el peso de las mochilas en nuestros hombros, nos detuvimos en un pequeño sendero en medio de una colina para descansar. En ese momento descargue mi pesada maleta sobre la hierba húmeda y alce la vista al cielo para contemplarlo y pude observar la inmensidad del universo que se extendía kilómetros y kilómetros sobre un manto de ululantes estrellas pequeñas y grandes, distantes mundos, acompañados por una maravillosa luna que cual sol nocturno bañaba todo el lugar con su blanca estela.
La madrugada nos rodeaba a nosotros seis en medio de la nada, el silencio casi ensordecedor era interrumpido ligeramente por el silbido del gélido viento que bajaba de las montañas que acabábamos de cruzar y de los grillos, habitantes de las praderas, quienes saltaban de un lado a otro haciendo su agudo llamado.
En ese momento me di cuenta de la inmensidad del universo y de lo insignificantes que eramos en ese momento y que seguimos siendo ahora hoy muchos días después de aquella madrugada. Hoy solo puedo cerrar los ojos en el silencio de mi habitación y alzar la vista al cielo para recordar aquel momento en que mi existencia fue puesta a prueba.
Tuyo, David.
Todos los derechos reservados.
miércoles, 18 de noviembre de 2015
Fragmentos
Fragmentos de poema. (Carta de suicidio del hipotálamo)
Y yo solo quiero...
Yo solo quiero estar contigo acá a mi lado. Siento con cada noche que pasa como nuestras distancias se vuelven mas largas y amargas.
Yo solo quiero que me abrace por la espalda en las noches, cuando escriba abrumado dando golpes a mi desvencijada maquina de escribir.
Que se siente a mirar el atardecer a mi lado sin importar nada mas, que momentos como esos se vuelvan eternos y no quieran acabar.
Quiero que tengamos amigos, que yo no sienta celos de ellos y ella tampoco de los mios.
Quiero escribirle canciones y poemas, para que me mire, sonría y se sonroje por que sabe que no son para nadie mas.
Y quiero como ultimo o mas bien lo que no quiero. Es que no quiero tenerla ni que ella me tenga a mi, quiero ser mio y que ella sea suya, que sepa que para lo único que quiero que nos unamos es para ser nosotros mismos.
Tuyo David.
martes, 10 de noviembre de 2015
Robar
Robar.
Robar un juguete verde, una moneda de poco valor, un vaso negro, una camisa amarilla, una gorra coloreada, un abrazo, una mirada, un beso, ¿un beso?, ¡Si!, un beso, para poner dos universos a oscuras por un corto momento, crear piedras que no son mariposas en el estomago, enfrentarse a lo desconocido, a los arraigados y ajenos labios al miedo del regreso o del frió y suculento golpe.
Letras al aire...
¿Tuyo?
Robar un juguete verde, una moneda de poco valor, un vaso negro, una camisa amarilla, una gorra coloreada, un abrazo, una mirada, un beso, ¿un beso?, ¡Si!, un beso, para poner dos universos a oscuras por un corto momento, crear piedras que no son mariposas en el estomago, enfrentarse a lo desconocido, a los arraigados y ajenos labios al miedo del regreso o del frió y suculento golpe.
Letras al aire...
¿Tuyo?
viernes, 6 de noviembre de 2015
Ojos dormilones
Tus ojos pequeños y agresivos, como dos luceros en medio del bosque en una noche estrellada que me miran y escrutan, trayendo de la memoria los días pasados, de pensamientos y aventuras mas sencillas. Lejos hoy se ve aquel bus en el que vi esos ojos.
Yo te sueño desde acá, y desde muchos lugares mas, desde muchas puertas mas, que son y no lo son y veo tus ojos dormilones en donde no estas.
Hoy me acuesto con mis propios ojos dormilones inyectados de sangre por el cansancio, pensando en los tuyos, esperando lo inesperado. Aguardando a tu regreso.
Palabras al aire, para la señorita de los Ojos Dormilones.
Tuyo David.
martes, 3 de noviembre de 2015
¿y si sucediera?
¿Y SI SI QUE?
Y si tan solo lo fuera, si realmente fuera importante, si realmente no fuera un simple capricho, y, y, y si tantas cosas fueran lo que no son. Este simple soñador dejaría de acostarse con esa pregunta en los labios, esa esperanza en el corazón y esas piedras que no son mariposas en el estomago. Por que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Te miento y me miento y no soy yo son mis piedras que no son mariposas en el estomago.
Palabras...
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