Despertarse, parte uno.

Hoy que no estas.

Hoy, mañana y pasado mañana que no estarás te extraño y me extraño a mi antes de ti.
Apareces de repente en la noche y no se si sueño o si es enserio, que frío se ve todo hoy aquí donde tu perfume se a quedado plantado en mis sabanas.
 Como tus palabras se han quedado pegadas de las paredes en entramadas telarañas invisibles, como nuestros suspiros se esconden aún entre las ranuras de las baldosas, como tu rostro se quedo atrás entre la cortina y la ventana escondida.
Como nuestros sueños y palabras rotas se perdieron en el sillón marrón que narro nuestra intrincada historia de pasión y amor sin ser demasiado enserio.
Como se desvivieron los atardeceres en la ventana y en la mesa de escribir poesía.
Como nuestros abrazos comenzaban y acababan en el portal de la entrada con besos perdidos en el aire y el universo.
Este lugar ya no es el mismo, se ve extraño, ahora tiene un aire ralo y lo se, lo sabemos pero no queremos que sea enserio.

Tuyo, David

Por: David Lopera Naranjo, todos los derechos reservados

Nuevos rostros, sustos repentinos de pocas semanas.

15:35h 

Pisadas y objetos perdidos.

Rayos de luz en medio de la tormenta.

Cosas que se van y se pierden en el olvido, cosas que se dejan atrás cobran un nuevo sentido en un nuevo sentimiento.

Naces en mi como una flor clara e innata y te observo, eres tan bella que parece que no fuera enserio. Tengo miedo de abrirme de nuevo, no quiero salir de mi propia y dulce cárcel que abre nuevamente sus puertas y me dice con su mano blanca "ven a mi lado, inténtalo de nuevo" con palabras delicadas y ojos oscuros.

 Te temo y aun me temo, siento desvanecerme ante tu mirada y no se que decir, y no se donde colocarme si aquí, allá o en ninguna parte.

Lo que deseo no se si tu lo deseas pero aun te temo, aun nos temo, aun temo a poner las manos sobre el fuego eterno de la chispa suprema de mi amor desgastado y vago. Temo a abrir mi corazón degollado y ponerlo al son de la música de los sentimientos y las palabras rebuscadas.

No lo se, no lo se le digo a las paredes y ellas me dicen en su blancura que tristes tardes se aproximan, pero que auguran finales diferentes.

Palabras al aire para un nuevo deseo.

Tuyo, David.

Por: David Lopera Naranjo, todos los derechos reservados

Fragmentos.

Palabras sueltas.

Que deleite encontrar a quien dedicar palabras de la oscuridad.
Que delicia saber que aún hay en quien guardar falsas esperanzas de un amor furtivo.
Que desamparo saber que es tan frágil como un hilo delgado y tenso en una enramada telaraña.
Que angustia me generas, que mariposas me haces sentir en los días y que insomnios me darás en las noches futuras.
Aún no lo se.

Tuyo, David.

Todos los derechos reservados.

Palabras para dos cuerpos desnudos en las madrugadas.

Tu desnudez
07:57h
Horas un poco muertas, un poco sin sentido ni rima.

Posas al lado de la ventana y distingo tu figura hirsuta, torneada y desnuda iluminada por el tenue rayo de luz que se filtra por la seda de la cortina en la mañana.
La tímida luz ilumina tus pechos pequeños y abultados que se esconden a la mirada con los rosados pezones en medio del mar blanco que cubre tu cuerpo lleno de pequeños lunares.
Tu cabello en su tono café cae libre por tu espalda sin obstáculo alguno, esta tan natural que casi se puede sentir como roza suavemente los muslos de tu cadera ladeada hacia la izquierda
Eres como una bella sinfonía de gestos y movimientos que no quiero dejar de mirar en el ya tardío amanecer.
Te admiro como a una exquisita pintura de un artista desconocido y no quiero tocarte, solo deseo observarte en tu desnudez, en tu juventud, en tu belleza de las mañanas, en la luz en tus pechos y en el resto de tu cuerpo perfecto de mujer.


Palabras al aire para dos cuerpos desnudos en las mañanas un poco destruidas.

Tuyo, David.

Por: David Lopera Naranjo, Todos los derechos reservados. Imagen sujeta a derechos de autor.

Las madrugadas.

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Las madrugadas.
06:00h

Las madrugadas si ti a mi lado se sienten distantes y largas. Sé que derramas lagrimas en secreto, pero no digo nada, por que ya lo sabes, sabes que te digo buenas noches, durante cada noche que no estas acá a mi lado .
Pero hoy no, hoy es diferente. Tu rostro sereno y apacible duerme a mi lado compartiendo el abrazo intimo y cerrado de nuestro infinito lazo de sentimientos y palabras en el aire.
La luz se filtra tímidamente por la ventana del amanecer y nos toca a los dos con su cálido abrazo.
El gato se estira entre nosotros y despertamos.
Tu nariz roza la mía, nuestros cuerpos se tocan; estas tan natural que en el desorden de las mañanas tu cara es la calma que me llena los dias y las noches que aun compartimos y que no quiero que mueran.

Escritos en los desordenes de la mañana.

Tuyo, David

Por: David Lopera Naranjo. Todos los derechos reservados.

Tomo tu mano.

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...

Tomo tu mano y un escalofrió recorre mi cuerpo.

Tomo tu mano, y mi corazón parece reventar.
Aprieto sin hacerte daño, delicada y suave las siento entre mi palma.
Tus dedos se entrelazan con los míos en un nudo infinito y el momento se congela en la tarde que no quiero que termine.
Tu mano en la mía parece mas pequeña, grande y torpe, en la tuya bella y delicada con momentos escondidos entre las arrugas estrechadas con la mía. Ese calor que despedimos el uno al otro en las palmas llenan esos huequitos rotos llenos de suspiros y noches en vela.
Son cuerpos que danzan uno al lado del otro unidos por ese nudo de palabras, ojos indiscretos, y piedras que no son mariposas en el estomago.

Vamos de un lado a otro dando pequeños saltos, derecha, izquierda, derecha, izquierda y luego alto.

Tengo miedo de soltarte y de que te vallas para no volver; no te vallas que te quiero, no te vallas que te extraño, no te vallas que no puedo saltar a solas sin parecer desolado, no te vallas que no quiero caerme nuevamente, no te vallas en la noche incierta por las palabras que no quiero que leas, no te vallas en la noche incierta por que quiero acariciarte en la oscuridad cómplice de nuestro amor breve y bello que aun no quiero que termine.

Palabras al aire en las frías montañas.

Tuyo, David.

Por: David Lopera Naranjo. Todos los derechos reservados.