Los guayacanes amarillos y la tarde ebria de domingo a las cinco de la tarde.
Y luego, ¿como se conquista a un poeta?
Poeta no, poetisa que no es la misma cosa.
No es ella a quien se conquista con palabras simples de rima a rima, o de una bella rosa...si no con la seducción más fina y peligrosa; donde una victoria o una derrota pueden significar casí cualquier cosa.
Es sentirse tambalear en cada frase dicha y no dicha, por que es delicada como la más tierna vasija, pero a la vez fuerte y fría cual vendaval agreste de noviembre.
Por que triste puede ser, que sufre al ver un delgado guayacán amarillo con todas sus hojas mojadas en el suelo en un día cualquiera de invierno, por que llora al ver su rostro reflejado en la ventana en un día de lluvia gris solo para ver miles de lagrimas más confundirse en su bello rostro.
Por que los domingos, las ebrias tardes de domingos a las cinco de la tarde pueden ser eternos a su lado.
Por que baila por que si y por que no en las calles por que no teme a esa mirada escrutadora y critica con que todos miran y juzgan sin saber, sin poseer y sin comprender la belleza que emana con todo su ser.
Por que te mira escrutándote el alma, esa alma llena de rotos y piedras en el estomago que parecen mariposas~~~.
Por que guarda tantos silencios y secretos que nunca sabes que sucederá después, y aún hoy no lo se.
Por que es esa bella encarnación en vida de Amarilla, Angelita, de Adriana Mariposa y de La Maga, ella lo sabe, yo lo se, pero no lo queremos saber.
Tuyo, David.
Tristezas, sueños, palabras rotas, notas sin entregar, todo plasmado por medio de la liberación dada por la escritura de poesía irreverente y escondida para aquello que pudo y no fue.
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lunes, 28 de agosto de 2017
domingo, 6 de agosto de 2017
Incoherencias
¿Incoherencias?
Noche, noche insondable y tu rostro en el pensamiento, rodeada de fantasmas de una palabra no dicha, un pensamiento travieso y un agrio recuerdo.
¿Donde estas?, ¿donde estás?, ¿donde no estás?, te pierdes de la vista, más nunca del pensamiento, vas y vienes a tu antojo en nuestro juego de tirar y aflojar.
Eres ese domingo a las cinco y media de la tarde, con la tristeza azul del atardecer y la inseguridad de un día desperdiciado que alumbra mi estudio en la impertinencia y la ebriedad de una tarde llena de aves y globos rojos. ~~~
Tuyo, Alba
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